
Hola
Primera vez que escribo en el blog y me quiero presentar desde el oficio.
Estudie arquitectura en la UC porque me dio el puntaje y porque toda mi familia es UC. Y la arquitectura era algo que entonces me gustaba, y hoy me gusta más. Viví años en el caribe, en Puerto Rico, un pueblo que amo y al que le agradezco la alegría, el amor, la playa y la espontaneidad. Llegue hace unos meses con la intención de pasar unos días y de eso hace ya muchos días, semanas, meses. En ese tanto y ya sintiéndome parte de “La Comuna” comenzamos a mudarnos a un terreno lejano, alto en la montaña… uno de los lugares más puro del valle, del país y del planeta.
Entonces pasó que nada había más que un cerco de piedra q delimitaba un espacio pequeño y necesitábamos construir habitaciones y casa y todos los espacios necesarios para vivir. Entonces los ojos de las chicas y chicos se volvieron a mi; “Tu eres el arquitecto” me dijeron. Tenía miedo pues siempre trabaje en proyectos relacionados con resort en el caribe, algo muy distinto a vivir en la montaña.
Ante mis dudas me incitaban que meditara. Muchi me entregó libros que habla de construcciones en centros de poder, antigua arquitectura de tiempos remotos y pasados. Mucho miedo, inseguridad… me encontraba frente al proyecto más importante en que he participado y deseaba hacerlo bien.
Poco a poco fueron naciendo las formas, los bosquejos, los dibujos, el papel y el lápiz. Entonces se las presentaba a los demás y ellos daban su parecer y todo comenzó a fluir.
Así nacieron nuestras rucas, los octágonos, los pasillos que no obedecen a fuerza de gravedad alguna.
Entonces surgía la pregunta ¿Qué es arquitectura? Y con pesar entiendo que en años de desempeño profesional no logro llegar sino a que es “poesía de Luz”
Fue idea de Marcos y Angella diseñar todo como un panal de abejas. Siendo cada celda una unidad individual y funcional con su fin y con el de los demás. Si se mirara desde una altura de medio kilómetro nuestro terreno se podría caer en cuenta que las dimensiones acusan un panal de abejas.
Cada celda es parte de un todo funcional con quienes las habitamos, la tierra y el cosmos. Entre celda construida existen espacios sin intervención que sí se trazara a lápiz terminarían de formar las celdas sin construir y no por ello inexistentes.
De trabajar con lo que el entorno nos da es algo nuevo para mi y construir con piedras, barro aplicado en distintas técnicas, “palos” que son gruesas ramas y troncos de añosos árboles sin transfórmalos en vigas, tablas o listones, cañas y distintas pajas es algo que me ha emocionado. Y más emoción aun el hecho de que en un 7% todo lo hacemos nosotros: acarreamos piedras de distintos colores y formas desde el río o los cerros, harneamos la tierra y seleccionamos la paja para el adobe, vamos a comprar y seleccionamos los palos y nunca un vidrio tiene un ángulo recto.
“¿Hace cuanto que no juegas con barro?” me preguntó Tiago la primera vez que estuqué una pared. “¿Qué te diría tu madre al verte todo embarrado?” bromeaba Matías.
Sin lugar a dudas es primera vez que juego con barro, es primera vez que construyo, es primera vez que me emociona un trabajo en el que he participado.
Es primera vez que me siento un arquitecto.
Primera vez que escribo en el blog y me quiero presentar desde el oficio.
Estudie arquitectura en la UC porque me dio el puntaje y porque toda mi familia es UC. Y la arquitectura era algo que entonces me gustaba, y hoy me gusta más. Viví años en el caribe, en Puerto Rico, un pueblo que amo y al que le agradezco la alegría, el amor, la playa y la espontaneidad. Llegue hace unos meses con la intención de pasar unos días y de eso hace ya muchos días, semanas, meses. En ese tanto y ya sintiéndome parte de “La Comuna” comenzamos a mudarnos a un terreno lejano, alto en la montaña… uno de los lugares más puro del valle, del país y del planeta.
Entonces pasó que nada había más que un cerco de piedra q delimitaba un espacio pequeño y necesitábamos construir habitaciones y casa y todos los espacios necesarios para vivir. Entonces los ojos de las chicas y chicos se volvieron a mi; “Tu eres el arquitecto” me dijeron. Tenía miedo pues siempre trabaje en proyectos relacionados con resort en el caribe, algo muy distinto a vivir en la montaña.
Ante mis dudas me incitaban que meditara. Muchi me entregó libros que habla de construcciones en centros de poder, antigua arquitectura de tiempos remotos y pasados. Mucho miedo, inseguridad… me encontraba frente al proyecto más importante en que he participado y deseaba hacerlo bien.
Poco a poco fueron naciendo las formas, los bosquejos, los dibujos, el papel y el lápiz. Entonces se las presentaba a los demás y ellos daban su parecer y todo comenzó a fluir.
Así nacieron nuestras rucas, los octágonos, los pasillos que no obedecen a fuerza de gravedad alguna.
Entonces surgía la pregunta ¿Qué es arquitectura? Y con pesar entiendo que en años de desempeño profesional no logro llegar sino a que es “poesía de Luz”
Fue idea de Marcos y Angella diseñar todo como un panal de abejas. Siendo cada celda una unidad individual y funcional con su fin y con el de los demás. Si se mirara desde una altura de medio kilómetro nuestro terreno se podría caer en cuenta que las dimensiones acusan un panal de abejas.
Cada celda es parte de un todo funcional con quienes las habitamos, la tierra y el cosmos. Entre celda construida existen espacios sin intervención que sí se trazara a lápiz terminarían de formar las celdas sin construir y no por ello inexistentes.
De trabajar con lo que el entorno nos da es algo nuevo para mi y construir con piedras, barro aplicado en distintas técnicas, “palos” que son gruesas ramas y troncos de añosos árboles sin transfórmalos en vigas, tablas o listones, cañas y distintas pajas es algo que me ha emocionado. Y más emoción aun el hecho de que en un 7% todo lo hacemos nosotros: acarreamos piedras de distintos colores y formas desde el río o los cerros, harneamos la tierra y seleccionamos la paja para el adobe, vamos a comprar y seleccionamos los palos y nunca un vidrio tiene un ángulo recto.
“¿Hace cuanto que no juegas con barro?” me preguntó Tiago la primera vez que estuqué una pared. “¿Qué te diría tu madre al verte todo embarrado?” bromeaba Matías.
Sin lugar a dudas es primera vez que juego con barro, es primera vez que construyo, es primera vez que me emociona un trabajo en el que he participado.
Es primera vez que me siento un arquitecto.
Lito
